miércoles, 17 de diciembre de 2014

El extraño color de las lágrimas de tu cuerpo



Te convoco formulando un enigma: pronuncio tu nombre Artemisa



dame la palabra, me pediste
tómala y déjame, pero no me dejes














no eres el seno que mis manos perfilan
no eres la luz que mis ojos te prestan
no eres el tiempo anclado en mi memoria
no eres el fin que mi deseo proclama
no eres el mal que mi temor presume
no eres el viento que agita la noche
ni el temblor que sentí bajo mi cuerpo
ni el rumor que el corazón añora








No eres mi amor mi odio mi olvido













no espero menos de ti,
una lágrima muda, el viento breve azul del mediodía,
la locura, la niña muerta,
un tal vez, un quizá, un hasta nunca





"tu solo cuerpo posible:
tu dulce cuerpo pensado." 
Salinas







hoy me prestas tu alma rota
pronta a la servidumbre del placer
servil a la inminencia del dolor
y ese gesto de quimera desolada
tan tuyo Proserpina




la soledad exacta,
la concreta geometría del miedo
y un rumor de lamento en las veletas










eres sombra

espacio en vilo abierto entre una duda y la mañana
eres la ausencia que dejaste en los armarios
eres el ocaso de la luna de noviembre
eres la novia muerta que se asoma a la ventana
eres la ruina del paisaje en enero
eres la herida sin sutura que se abre entre tus piernas





Buscas la respuesta en los cielos de lo que está escrito sobre tu piel







víspera de tu cuerpo
mis manos guardan la memoria de tus muslos,
un óxido de tristeza demorado en la piel
y no supe qué decir
ante ese afán de caricias condenadas
moriré en la drama que escribiste
y caeré por el desfiladero de tus pechos al calvero mudo que se anima en sombra








veo al niño que atesoras
la vida lenta que ofende y desdice tu virtud asesina
veo al niño demorado en el mecanismo minucioso de la vida
veo al guiñapo oscuro que te mora creciendo en el vértice del odio
íntimo de vida
y después el latido
y después
solo el guiñapo la sábana manchada la memoria sucia
después solo tú como ahora como ayer 








de ti escapé en ti encontré la vida
a ti volví es por ti que he vuelto
no te hablaré de amor no más mentiras
solo tus dientes la verdad sin beso
devórame desgárrame hazme jirones
bebe mi sangre impía siente el latido último
quiero volver a ser tu nada              
quimera de odio que habita el olvido  





dame tu odio tu violencia tu miedo
dame los jirones de tu cuerpo
dame el dolor hecho carne
dame tu hijo muerto
 tu hiel tu soledad primera
dame tu locura tu rabia y tu miseria
dame el abandono dame un mar de dudas
la melancolía que prolongan tus éxtasis o estertores
dame el sexo palpitante
dame tu fuente fermentada de furia
dame un por qué dame un destino
dame el don de la palabra muda




Dame las lágrimas de tu cuerpo






Dame su extraño color
el extraño color de las lágrimas de tu cuerpo