sábado, 9 de junio de 2012

...pero no es un RESCATE.


Se veía venir. Merkel firmó la sentencia, Lagarde la ejecutó. Mariano, bajo la mesa camilla: habla tú Guindos, pa´esto te traje.



España se entregó un 9 de junio de 2012. Pero no pasa nada, comienza la Euro.

El hombre que nunca quiso ser presidente, le dijo a Del Bosque: dale una alegría a España, Vicente.
Ganando no se solucionan los problemas del país, Presidente. Que aunque Marqués, el Seleccionador tiene luces.

Pero no pasa nada. No es un rescate, sólo una ayuda al sector financiero, por las familias, mayormente. Tanto tiempo viviendo por encima de sus posibilidades, claro, luego viene el rasgarse las vestiduras y el chirriar de dientes, que si el banco me embarga el BMW, que si este año en vez de Punta Cana tenemos que quedarnos en Matalascañas. Las familias.

Pero tranquilos, que no es un rescate, que no hay condiciones, que no estamos tan mal. Y mañana, a ganar a Italia, que este país necesita una alegría Vicente.
Y bajo la mesa camilla, comiendo pastas danesas, el hombre que nunca quiso ser presidente, deja decir a De Guindos: no habrá más recortes, no subirá el IVA, que esto no es Grecia, que somos la Roja, chicos.





Al final fue cierto, y el EURO era una encerrrona, la celada del neoliberalismo para entregar el último vestigio de la social-democracia a los banqueros, el golpe maestro de un sistema que golpeó por vez primera en 1911, obligando al Congreso de EE UU a aprobar la creación de un Banco Central. Que soltó otra hostia en 1929, cuando de improviso, por obra de la casualidad, la Mano Invisible, se pusieron a la venta en Bolsa millones de dólares en acciones. Los Mercados, que son así. Que metió un certero derechazó a la Europa arrasada por el nazismo en Bretton-Woods, asegurándose que el mercadillo seguiría abierto, y mira, te dejo unos pavos para que tires mientras.
Luego los chicos de Chicago encontraron la Piedra Filosofal en el 73, acabamos con el oro como patrón y ponemos al dinero el precio que nos salga, que para eso lo hacemos nosotros.
Y menos gasto social que se nos vuelve vaga la gente, coño.
Competitividad, meritocracia, productividad, pero los ceporros con pasta siempre tendrán la Uni de pago y el título enmarcado en el salón.

Pero al hombre que nunca quiso ser Presidente, se le acaban las pastitas: Luis, pásame alguna, pero con disimulo.

No es un rescate, es una ayuda que puede que ni necesitemos, ojo, eso lo decidirán las auditorías independientes que hacen cuentas (mirando de reojo a las Agencias de Descalificación) Y Lagarde levanta el sable con gesto marcial, mientras Merkel suelta patadas bajo la mesa: te jodes.

Pero mañana empieza la Euro, yosoyespañolespañolespañol, y estamos tan necesitados de alegrías que mira, que le den a la crisis.

Y el hombre que no quiso ser Presidente (yo no quería, cosas del Bigote), se perderá el partido en el campo: hombre, no encabronemos al personal.

La política económica de este país, dejará de estar en manos de los que votamos (y a los que botamos) cada cuatro años. El modelo que funcionó en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, el mismo que trató de imitar Kennedy con su Nueva Frontera, el que aún funciona en Escandinavia, agoniza ya en la mesa del quirófano.

Pero, acatemos el orden constitucional, esperemos a 2015 para pronunciarnos, que las reglas del juego democrático son sagradas y lo otro es cosa de los girondinos, cuando no vandalismo, e incluso, fascismo.

Ala, a casita, que empieza la Euro y a Mariano se le empiezan a entumecer las piernas:
no hay dos sin tres no hay dos sin tres

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